domingo, 12 de enero de 2014

Y los sueños, sueños son




Sólo en contadas ocasiones se tienen sueños vívidos, lúcidos y con sensaciones extraordinariamente realistas. No quería despertar. Todo lo que necesitaba lo tenía dentro de esa habitación....por supuesto, el trago más amargo....es que no la conocía.....

La primera brisa de la mañana mecía las cortinas que daban al balcón. El sol, fulgurante, inundaba toda la estancia. Muebles color caoba y tabaco y contra la pared, una imponente cama. En la mesa, una botella de vino, fruta y dos copas fruto de la noche anterior. Tumbados, uno contra el otro, mi pecho recostado en su espalda...el olor a mar y el sonido de las olas auguraban un placentero despertar..

Mi brazo rodeaba su cintura, sus hombros se ensanchaban al ritmo de la respiración. Las sábanas, completamente blancas, contrastaban con el color cobrizo de su cabello. El olor de su piel era tan sugerente. No podía verla, no sabía quién era, pero estaba seguro de que era ella. Cada segundo de espera hasta tenerla conmigo había merecido la pena. El tiempo se detenía a su lado y daba gracias por ello. Rezaba porque cada segundo fuera una hora, cada hora un día, cada día un año..

Besaba su hombro y acomodaba su larga melena mientras la susurraba "te quiero" cerca del oido. Seguía dormida. Solamente deseaba poder mirarla, hablar, besarle y contarle que ella es todo por lo que vivo y respiro...Pero no sabía quién era, no recordaba haberla conocido, ni siquiera su nombre, pero no importaba nada. Solo quería que aquello no acabara nunca, que no desapareciera....era desgarrador el simple hecho de poder perderla aunque fuera a través de un sueño. Pero afortunadamente estaba calmado...la simple cadencia de su respiración bastaba para apaciguar los latidos de mi corazón. Veía el azul del cielo a través del jaspeado de las cortinas...ella estaba conmigo y eso es todo lo que necesitaba.

Despacio, fui hacia el balcón. La inmensidad del mar y el horizonte con el sol más alto se mostraban ante mí. Se había levantado y estaba conmigo, a mi espalda...Sus brazos empezaron a rodearme y su cara descansaba en mi hombro. La brisa columpiaba su cabello acariciando mi brazo. Los dos contemplábamos el color verde turquesa del océano. Cerré los ojos cuando dijo algo que me llenó de paz...

    …..Algún día me encontrarás…..


El sonido del despertador arrancó las imágenes que proyectaba mi subconsciente. Las ilusiones y sensaciones eran como un jarrón contra el suelo...fragmentos desperdigados e inconexos ahora que sabía que no estaba conmigo...... Una lágrima resbalaba en mi mejilla....



       …...Algún día te encontraré......


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